LAS GASEOSAS Y LA OBESIDAD
Tras una amplia investigación, un grupo de investigadores llegó a la conclusión de que no existe una relación entre los refrescos azucarados o bebidas gaseosas con la obesidad en los adolescentes.
El estudio estuvo a cargo del Departamento de Metabolismo y Nutrición del Instituto del Frío del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y de las Universidades de Granada, Zaragoza, Murcia, y Cantabria.
¿Está asociado el consumo de refrescos azucarados con la composición corporal?, fue el título de la investigación que fue publicada en la revista científica "Nutrición Hospitalaria".
El estudio se basó en una muestra de un total de 1.523 adolescentes españoles (768 chicos y 755 chicas) de entre 13 y 18 años divididos en tres grupos diferentes según el consumo de refrescos azucarados que habían realizado durante las últimas 24 horas.
Los expertos constataron que entre los grupos de adolescentes establecidos según los refrescos azucarados consumidos no se observaron diferencias significativas en los parámetros antropométricos, Índice de Masa Corporal (IMC) o grasa corporal pese a las diferentes entre las cantidades que ingeridas de refrescos.
Los científicos coincidieron en sugerir que, dado que no se ha encontrado asociación alguna entre el consumo de refrescos azucarados y obesidad, "los patrones y hábitos dietarios, así como los factores del estilo de vida, y la actividad física deberían tenerse en cuenta al examinar las relaciones transversales o longitudinales con la obesidad".
Para la doctora Ascensión Marcos, principal responsable de la investigación, jefa del Grupo de Inmunonutrición del CSIC y coordinadora del estudio AVENA, con este trabajo "se ha refrendado la teoría que en las alteraciones del sobrepeso y obesidad del adolescente influyen muchos factores y hay que valorarlos siempre en su conjunto, como la dieta en general o la vida sedentaria de nuestros jóvenes de hoy".
Andina
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