Para pieles sensibles, las mascarillas caseras son una excelente y práctica opción.

Para pieles sensibles, las mascarillas caseras son una excelente y práctica opción.

El tomate es una fruta de rico sabor ácido que permite ser preparado, verde o maduro, en salsas, aderezos, ensaladas y lo encontramos en incontables elaboraciones culinarias. Originaria de Sudamérica, el tomate es rico en Vitaminas C, A, B, y K, y entre sus minerales encontramos el fósforo, hierro, calcio, magnesio, potasio y sodio por lo que posee altas propiedades antioxidantes. 

Asimismo, cuenta con un efecto diurético por el que el cuerpo expulsa las toxinas, sin dejar de mencionar que ayuda a eliminar el ácido úrico y a reducir el colesterol.  Cabe destacar que, de acuerdo a varios estudios realizados en prestigiosas universidades del mundo, se ha descubierto que el consumo de este fruto es beneficioso para prevenir enfermedades de tipo cancerígeno. 

Pero así como posee estos beneficios para el organismo, el tomate también cuenta con propiedades cosméticas que son aprovechadas por la industria en la elaboración de productos tópicos.

Propiedades cosméticas

Su acción astringente y en contra la oleosidad del cutis convierten al tomate en un fruto ideal para el cuidado de la belleza de la piel. Lo encontramos en tónicos para  pieles mixtas y en mascarillas para tratar los problemas de puntos negros y acné leve. Para pieles sensibles, las mascarillas caseras son una excelente y práctica opción.   ¿Piel grasosa? Haz tu propio tónico

Ingredientes:

1 Tomate maduro

1 Cucharadita de glicerina

Exprímele el zumo al tomate maduro, pero en vez de colador, usa una gasa delgada. Al extracto, agrégale una cucharada de glicerina y vuelve a colarlo. Luego, envasa el zumo en un frasco y mételo en la nevera para que se refrigere.

Este tónico te servirá para un total de tres aplicaciones; puedes usarlo diariamente en donde se concentre más grasa en tu cutis. No te conviene preparar de más, ya que el tomate no se conserva por mucho tiempo.