Blogia
INDUSTRIAS DE ALIMENTOS - NUTRICION

06 TRANSGÉNICOS

TRANSGÉNICOS ???... NO, GRACIAS

ELMERCURIODIGITAL 

 
OPINIÓN de Carmelo Ruiz Marredo   

Los cultivos y alimentos transgénicos (genéticamente modificados) son objeto de intensa controversia alrededor del mundo. En esta controversia participan desde doctores y científicos hasta movimientos campesinos, organismos internacionales y líderes políticos, y ha llegado al punto de arrestos, violenta represión y la persecución de científicos que han tenido la osadía de contradecir el discurso oficialista sobre la biotecnología. Este debate ha producido numerosos libros, reportajes de prensa y televisión, documentales de corto y largo metraje, simposios científicos, contenciosas negociaciones internacionales, y hasta marchas de protesta y desobediencia civil. 

Entiéndase por transgénico un organismo a cuyo código genético se le han insertado genes de otra especie mediante ingeniería genética o transgénesis. La ingeniería genética derriba barreras celulares para hacer combinaciones genéticas que nunca pudieron haberse dado en la naturaleza, y se usa en la agricultura y alimentos desde la década de los 90. Actualmente hay decenas de millones de hectáreas sembradas de cultivos transgénicos en el mundo, la gran mayoría de ellos en cuatro países de nuestro hemisferio americano: Estados Unidos, Canadá, Brasil y Argentina. Al añadir los de Uruguay, Paraguay y Bolivia, tenemos ahí casi la totalidad de los cultivos transgénicos del mundo. Casi todos son de soya y maíz, y el resto es mayormente algodón y canola (colza). 

Estos cultivos no fueron alterados genéticamente para rendir más ni para ser más nutritivos ni para reducir el uso de agroquímicos tóxicos. La mayoría fue alterada para ser inmunes al herbicida Roundup, producto de la corporación estadounidense Monsanto, y se les conoce como cultivos Roundup Ready. Los demás producen su propio pesticida, y se les llama cultivos Bt. Esta soya y maíz se utiliza para hacer, entre otras cosas, harina, almidón, aceite de cocinar, endulzadores, biocombustibles, y comida para alimentar los animales de finca que nos dan carne, lácteos y huevos. 

Ese herbicida, ¿es seguro?

De más está decir que los alimentos derivados de cultivos Roundup Ready deben tener trazas sustanciales de Roundup. ¿Cuán seguro es ese herbicida para consumo humano? 

En 2010 la revista científica Chemical Research in Toxicology publicó un estudio revisado por los pares, escrito por el embriólogo argentino Andrés Carrasco, investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y director del Laboratorio de Embriología Molecular de la Universidad de Buenos Aires, que determina que el glifosato, ingrediente activo del Roundup, es extremadamente tóxico a embriones de anfibios aún en dosis mucho menores (hasta 1.540 veces menores) que las utilizadas en las fumigaciones agrícolas. 

En 2008 esa misma revista había publicado un estudio del francés Giles-Eric Seralini, especialista en biología molecular y docente de la Universidad de Caen, que indica que el Roundup es letal para células humanas. Según su investigación, dosis muy por debajo de las utilizadas en los cultivos de soya provocan la muerte celular en pocas horas. 

“Aún en dosis diluidas mil veces, los herbicidas Roundup estimulan la muerte de las células de embriones humanos, lo que podría provocar malformaciones, abortos, problemas hormonales, genitales o de reproducción, además de distintos tipos de cánceres”, dijo Seralini al diario argentino Página 12. 

En el ejemplar de marzo 2012 de Ecological Applications el biólogo Rick Relyea, profesor de la Universidad de Pittsburgh, publicó un estudio que indica que dosis subletales de Roundup pueden cambiar la morfología de anfibios. “Los herbicidas no están diseñados para afectar a animales, pero estamos aprendiendo que éstos pueden tener una amplia gama de efectos sorprendentes al alterar cómo funcionan las hormonas”, dijo Relyea. “Esto es importante porque los anfibios no sólo sirven como barómetros de la salud de ecosistemas, sino también como indicadores de peligros potenciales a otras especies en la cadena alimentaria, incluyendo humanos.” 

Plantas insecticidas

Las compañías de biotecnología nos aseguran que la toxina insecticida presente en los cultivos Bt es inofensiva a los seres humanos y que se disuelve en nuestro sistema digestivo. Hoy sabemos que eso no es cierto. 

Doctores en el hospital universitario de Sherbrooke en Quebec, Canadá, hallaron la toxina Bt en la sangre de mujeres embarazadas y sus fetos, al igual que en mujeres no embarazadas. Específicamente, el estudio encontró la toxina en 93% de 30 mujeres embarazadas, y en la sangre umbilical de 80% de los fetos, y 67% de 39 mujeres no embarazadas. 

En 2008 una investigación subvencionada por el Gobierno de Italia encontró que ratones alimentados con el maíz Bt de Monsanto tuvieron anticuerpos IgG e IgE elevados, algo típicamente asociado a alergias e infecciones. Tenían además, índices anormalmente elevados de interleukinas, lo cual está asociado a varias enfermedades en humanos, desde artritis reumatoidea y osteoporosis hasta esclerosis múltiple y la enfermedad de Lou Gehrig. Los ratones tenían además, niveles elevados de células T gamma delta, que están asociados con asma, alergias a alimentos y artritis juvenil. 

En la India hay miles de trabajadores agrícolas que trabajan con plantas de algodón transgénico Bt que “según reportes y expedientes de doctores, hospitales y farmacias, al igual que numerosos reportajes investigativos y estudios de caso, constantemente luchan contra piquiñas y erupciones en la piel; algunos toman antihistamínicos todos los días para poder ir a trabajar”, según el investigador Jeffrey Smith, autor de Seeds of deception. 

Cito a Smit de nuevo: “Cuando dejaron al ganado pastando en plantas de algodón Bt, tras la cosecha, miles de ovejas, cabras y búfalos murieron. Otros numerosos se enfermaron. Visité una aldea donde por siete u ocho años habían dejado a su ganado pastar plantas naturales de algodón sin incidente. Pero el 3 de enero de 2008 permitieron a sus 13 búfalos pastar plantas de algodón Bt por primera vez. Después de una exposición de solo un día murieron todos. La aldea perdió también 26 cabras y ovejas. Un pequeño estudio en Andhra Pradesh reportó que todas las seis ovejas que pastaron en plantas de algodón Bt murieron en un mes, mientras que tres controles que fueron alimentados con plantas de algodón natural no mostraron síntomas adversos.” 

Este no ha sido más que un brevísimo compendio de los riesgos a la salud causados por los productos transgénicos que compañías como Monsanto, Dupont y Syngenta están desarrollando y comercializando en América Latina. Para más recursos, acudan a la página web de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos: http://www.rallt.org/ 

(*) Ruiz Marrero es autor, periodista investigativo y educador ambiental. 

PROBLEMAS CON LOS TRANSGENICOS EN CHILE

“Nosotros no pedimos los cultivos transgénicos, no tenemos responsabilidad en la contaminación del polen por maíz o raps transgénico de los semilleros de exportación, y tampoco podemos dimensionar con precisión el riesgo, por la falta de información de la localización exacta y el tipo de cultivos transgénicos existentes”, sostuvo Marcelo Rodríguez, presidente de la Red Nacional Apícola al abrir el Cabildo ciudadano “Apicultura y Transgénicos” realizado el pasado 21 de abril en la Municipalidad de ChillánViejo.| RAP-Chile.*

El dirigente gremial  agregó que hay una pérdida de imagen de la miel como un producto sano y beneficioso para la salud, además de la enorme baja en los precios por el cierre del mercado europeo, cuyos consumidores rechazan los alimentos transgénicos.

Reina la incertidumbre entre los más de 10.000 apicultores en el país. Un 92% de ellos son microempresarios que manejan menos de cien colmenas cada uno y venden su producción –en tambores, sin valor agregado- a los grandes exportadores. Un 25% de los apicultores son mujeres. Estas cifras, del censo 2007, son conservadoras ya que la tasa de crecimiento de la apicultura en Chile ese mismo año fue de 12,5%, una cifra altísima si se compara con el promedio global decrecimiento del negocio, que sólo llega a un 2.1%.

La dependencia del mercado europeo, unido al bajo consumo interno de miel, y la carencia de soporte técnico analítico para certificar la calidad de la miel respecto de posible contenido de polen transgénico, genera incertidumbre en los productores sin que se vea una salida a corto plazo.

Transgénicos en mi patio

El diagnóstico de la crítica situación de la apicultura se construyó a partir de la exposición inaugural de Marcelo Rodríguez  junto a la visión aportada por productores  orgánicos, consumidores, viticultores, ciudadanos conscientes y ambientalistas, que contribuyeron a generar una visión común del impacto de las 3.050 hectáreas de cultivos transgénicos existentes en la región del BioBio, y de las 15.434 y 4.088 hectáreas de OGMs existentes en las vecinas regiones del Maule y la Araucanía, respectivamente, según cifras del SAG  desglosadas por regiones.

En todo el país, en la temporada 2011 hubo 31.000 hectáreas de cultivos transgénicos de exportación, cifra equivalente a la cantidad de hectáreas certificadas de cultivos orgánicos. La meta de los organizadores del Cabildo,  la Asociación Gremial de Agricultores Orgánicos del BioBio y la campaña yo no quiero transgénicos en Chile, es lograr la moratoria a los cultivos transgénicos para el mercado interno, frenando la ley que apunta a la expansión de las semilleras transgénicas.

La superficie cultivable del país alcanza a poco más de 5,1 millones de hectáreas (ODEPA 2002) que tienen actualmente otros usos. En las intervenciones se destacó que Chile está entre los 34 lugares del mundo (hot spots) que tienen recursos de conservación valiosos, por su riqueza de especies y por su alto grado de endemismo. Los transgénicos constituyen una amenaza a ese patrimonio y biodiversidad, y la coexistencia entre esos cultivos con los cultivos orgánicos y convencionales, o con la apicultura  ha demostrado tener resultados negativos.

Raps transgénico

En la región del BioBio, el raps (canola o colza) es el cultivo transgénico más extendido, con 2.342,53 hectáreas  repartidas mayoritariamente entre Los Angeles, Coihueco, Bulnes, El Carmen y Chillán. A nivel regional, estas son las comunas más contaminadas por transgénicos y por los plaguicidas de uso intensivo en esos predios. También existen 389,82 hectáreas de maíz modificado genéticamente y 317,71 hectáreas de soya transgénica. Un apicultor sostuvo en el debate, que igualmente en la comuna ñublense de Pinto —que no figura en el informe del SAG— hay transgénicos de la semillera Tuniche.

En todo el país, las comunas más contaminadas por plaguicidas y maíz transgénico —el cultivo predominante en Chile— son San Clemente (Maule), con 4.036 hectáreas y Chimbarongo (O’Higgins), con 3.036 hectáreas. La transnacional semillera y agroquímica Monsanto es responsable de la mayor parte de la contaminación, tanto por sus propios cultivos como por los de Massai, y Anasac. La siguen Pioneer, Greenseed, Curimapu y Tuniche, entre otras semilleras menores que incluyen al clan Von Baer, muy activo en el lobby empresarial que pretendía mantener el secreto en la ubicación de los cultivos.

Derecho a saber

En el cabildo Lucía Sepúlveda, en representación de la Alianza por una Mejor Calidad de Vida/RAP-Chile (Red de Acción en Plaguicidas) entregó información sobre la decisión adoptada en marzo de 2012 por el Consejo para la Transparencia en respuesta a un amparo por denegación de información interpuesto por esa organización en 2009. El fallo puso fin a décadas de secreto sobre la ubicación de los cultivos transgénicos, y ordenó al SAG poner la información a disposición de los ciudadanos para favorecer el debate público y permitir el control social de esa actividad productiva, que hasta ahora estuvo vetado para los afectados por ella.

Guillermo Riveros recordó que BioBio Orgánico también había demandado información sobre los cultivos transgénicos presentes en su región, recibiendo la misma negativa de la entidad estatal. La contaminación por raps transgénico ha estado presente en el debate ciudadano y ha sido negada por  SAG sin que se pudiera establecer fehacientemente los hechos por la política de secretismo imperante.

OGMs,  la guinda de la torta

“Los transgénicos son la guinda de la torta en el problema del colapso de las abejas. Cada vez hay menos abejas vivas en la colmena, pero nadie hace nada.

Un análisis de la Universidad Austral encontró dioxinas en la miel de Rucapequén, que se produce a 14 km de la planta Nueva Aldea de Celulosa, de Celco”,  denunció Roberto Montero, director del Centro de Estudio e Investigación de Alta Tecnología Agroecológica de Tomé y criador de abejas reinas. Recordó que en otra miel se descubrió que el polen transgénico provenía de harina de soya con la que se había alimentado a las abejas, ¡siguiendo la asesoría técnica entregada por INDAP! 

Sintetizó su experiencia relatando: “Históricamente a los productores nos han ido arrinconando porque el uso de plaguicidas por la agroindustria mata a las abejas. Yo partí en Tomé pero ahora estoy a orillas de un Parque Nacional en Chiloé con mis colmenas. Terminaremos en Magallanes con las abejas…ya no se ven tantas en el Parque”.

Recordó el apicultor que Perú tiene más hectáreas de cultivos orgánicos que Chile, pues ellos van en dirección opuesta y aprovechan las tendencias del mercado. Sin plaguicidas y con la moratoria a los transgénicos ya promulgada como ley en el país andino, podrán producir miel de excelente calidad.“Esto lo han conseguido por sus grandes niveles de organización y asociatividad, que tenemos que imitar”, expresó.

Montero llamó al gremio a ser más proactivo y darle valor agregado a la miel, dejando de vender en tambor. Destacó el ejemplo de APICOP (cooperativa integrante de las redes de Comercio Justo) que ha podido enfrentar de mejor manera esta crisis por su propio desarrollo y diversificación de mercado. Relató asimismo el salto dado por la apicultura de Chiloé al cambiar la raza de las abejas mediterráneas por la abeja austríaca, adaptada a ese clima, evitando la trashumancia obligada que era propia de la abeja mediterránea.

Gabriel Valdivia, apicultor de Isla de Maipo (Región Metropolitana), que se inició en el rubro en 1986, aportó antecedentes cuantitativos sobre el colapso de las abejas, agregando que en ese año había 700 colmenas para polinización. Ahora apenas cuentan con 400 colmenas. Antes se sacaban 10.000 kilos anuales de miel, en esta temporada sólo se obtuvieron 450 kilos.

Baja en la exportación

En las temporadas 2010 y 2011, debido a lo que Rodríguez bautizó como “el aterrizaje de los transgénicos en la miel”,  bajó abruptamente el volumen de miel chilena exportada, llegando a menos de 6.000 toneladas, comparadas con el  record alcanzado en 2007 con más de diez mil toneladas destinadas a la Unión Europea(UE), a precios considerados muy rentables.

La caída del precio se explica por las consecuencias de la sentencia de la Corte Suprema de la UE, respecto a que la miel contaminada con polen transgénico debe etiquetarse con la leyenda “Contiene ingredientes modificados genéticamente”. En la práctica el producto no tendría salida en los supermercados de Europa, pues los consumidores europeos rechazan los alimentos transgénicos por los riesgos para la salud.

Ahora sólo se exporta miel a Estados Unidos, donde no existe etiquetado, con un precio de 2.8 dólares el kilo ($ 1.350 aproximadamente), muy inferior al que pagaba el mercado europeo. Como el costo de producción es de 800 a 850 pesos promedio, se marginaría alrededor de un 15%, muy lejano a lo que se obtenía en el pasado.

Debido al bajo consumo interno de miel, entre el 85 y 90% de la producción nacional de miel se exportaba a Europa (un 99%) y Alemania (75%). La mayor parte de los ingresos de los apicultores vienen de la venta de  miel. La polinización adventicia de los cultivos frutales no se paga, y según se analizó en el cabildo, sólo en el último tiempo FEDEFRUTA estableció reglas para la contratación de polinizadoras. Los grandes polinizadores hoy tienen más de 10.000 colmenas que constituyen un negocio rentable.

La miel contaminada con transgénicos autorizados en la UE podría comercializarse siempre que su contenido alterado genéticamente no sobrepase el 0,9% del polen total, para lo cual se exige una certificación —homologando métodos de muestreo y análisis—, lo cual tiene costos que sólo pueden encararlos grandes productores y exportadores. Además, en el caso de que la miel esté contaminada con polen de un cultivo transgénico no autorizado en la UE para alimentación, no se puede comercializar esa miel allí. En este marco, según denunciaron varios asistentes al cabildo, INDAP paró las inversiones en el sector apícola, abandonando a los usuarios que apoyaba.

Pelea de “perros grandes”

“Estamos en medio de una pelea ‘de perros grandes’, somos el jamón del sándwich entre el SAG, las semilleras agrupadas en ANPROS y los exportadores”,  sostuvo el dirigente de la Red Nacional Apícola, cuya organización, junto a otros integrantes de la cadena productiva apícola, ha logrado  la implementación por SAG de un sistema de información geográfica mínima que alerta sobre riesgos.

Valorando el sistema como un avance,  Rodríguez lo consideró insuficiente pues no informa al apicultor consultante sobre el tipo de transgénicos ni su ubicación ni su dueño, limitándose a alertarlo respecto de la presencia de un cultivo transgénico en un radio cercano. Agregó que respecto de los productores de transgénicos, el gremio busca que se impongan dos principios: “El que llega, avisa” y “el que contamina paga”. Reivindicó la necesidad de que SAG haga un ordenamiento territorial que tome como base a quiénes históricamente llegaron primero a una zona, y las deje libres de transgénicos.

Redes y alianzas más allá del apiario

“Solos no podemos dar esta pelea. Es necesario mirar más allá del apiario y trabajaren la generación de redes y alianzas, gremiales, institucionales y académicas”, afirmó Rodríguez quien mencionó que para estos propósitos su organización participa en la campaña yo no quiero transgénicos en Chile, y ha desarrollado trabajo en conjunto con la Red de Acción en Plaguicidas RAP-Chile y ahora con BioBio Orgánico.

Señaló que el gremio  forma parte de  la Federación Iberolatinoamericana de Apicultura, FILAPI,  y a través de la entidad, articula las alianzas globales necesarias para tener la información y el contexto proveniente del mercado y de los productores de todo el mundo.

Guillermo Riveros coincidió en la importancia de constituir alianzas, y destacó que la exitosa convocatoria al cabildo es el resultado de muchos años de trabajo de organización de los agricultores orgánicos a lo largo del país, y de discusión de los problemas que afectan su quehacer en diferentes espacios públicos y privados.

Amenaza de concentración

Para el dirigente de la Red Nacional Apícola, en Chile está en juego  la sustentabilidad de miles de apicultores y de un gran número de prestadores de servicios. El rubro, ligado hoy  mayoritariamente a la pequeña agricultura campesina podría cambiar de carácter y quedar sólo en manos de empresarios con recursos para manejar grandes volúmenes y acceder a las certificaciones requeridas desde Europa.

Hay que recordar que en los últimos 12 años cerca de 60.000 familias campesinas han emigrado a la ciudad como efecto retardado de la llamada “revolución verde” que prioriza los monocultivos forestales y de la agroindustria.

Hasta ahora los exportadores no revelan a los productores el resultado de los análisis que hacen a la miel, por tanto los pequeños apicultores no tienen cómo comprobar si efectivamente esa miel deberá venderse a los precios bajos que les fueron informados al momento de entregar su producción.

El manejo de las abejas y la miel es sólo un componente del negocio, coincidieron varios productores, como Bélgica Navea de la Cooperativa Organicoop de Quebrada Honda (comuna de La Higuera,  Región de Coquimbo), quien afirmó que al precio pagado hoy por las empresas prácticamente no cubre los costos. Ella prefiere no venderles la miel y desarrollar otros derivados del trabajo, como la apiterapia. 

Etiquetado ya

Elías Navarro, en representación de la Asociación de Consumidores de Valdivia ACOVAL amplió los conceptos de alianzas gremiales hacia los consumidores, y valoró el cabildo por permitir la articulación de ambos sectores. “Estamos disponibles para replicar esta actividad en Valdivia”, anunció.

Para él, lo sucedido con la miel contaminada es una muestra de cómo el libre mercado se pisa la cola. “Los consumidores no tenemos libertad de elegir porque en Chile no hay etiquetado y el problema sólo se presenta porque Europa sí lo tiene.�
“Nosotros también tenemos derecho a una alimentación sana y la miel que no se vende fuera será consumida por chilenos que no sabrán que tiene transgénicos. Tenemos que  ver este tema como un problema político que nos afecta a todos, por las decisiones que se han tomado sin consultar a los afectados.”

El dirigente valdiviano expresó: “Ahora estamos asistiendo al despliegue de un gran movimiento estudiantil y social, hay un despertar  de la conciencia para salir del letargo en que vivíamos. Tenemos que apoyarnos en eso, y educar para la organización en cada espacio en que estemos, levantar un referente que pueda hacer frente al poder hegemónico. Y en concreto presentar nuestras demandas al SAG y la autoridad, por información y por etiquetado ya de los transgénicos”.

Viajes con la miel

Los maravillados visitantes de la feria, entretanto, pudieron disfrutar de novedosas experiencias, tales como hacer un recorrido imaginario por  Chile y su flora, degustando diferentes tipos de miel: de canelo, ulmo, temu, tiaca, lavanda, mora, multifloral e incluso una miel exclusivamente medicinal, de poleo.

También fueron testigos de la calidad de la miel de Vilches, obtenida en los bosques cordilleranos que parecen no ser parte de la castigada comuna de San Clemente, aunque geográficamente comparten ese territorio. La cooperativa local, que históricamente ha producido la miel, la conserva pura y saludable.  En cambio, otros apicultores, ubicados en la vecindad de miles de hectáreas de maíz transgénico rociadas con abundantes aplicaciones de glifosato e insecticidas, sólo suben sus colmenas a la montaña a última hora, cuando sus abejas ya están contaminadas.

De seguro ellos no pasarían la certificación. Una razón más para exigir el etiquetado en la miel, y desarrollar estrategias para que las municipalidades provean  a hospitales, jardines infantiles y escuelas de  miel libre de transgénicos y plaguicidas.

“Cada vez hay más conciencia y llegamos a nuevos sectores, trabajando desde la base, con recursos mínimos pero siempre contando con el esfuerzo y apoyo de nuestra organización y las organizaciones afines. Hemos participado en jornadas en Temuco, Valparaíso, Concepción, Chiloé y otras localidades y ahora empezamos a ver los frutos de ello”, evaluó Guillermo Riveros, de BioBio Orgánico, al concluir la feria.

TRANSGENICOS EN ARGENTINA

Argentina sigue siendo uno de los principales productores de cultivos transgénicos, luego de EEUU y Brasil, con 23,7 millones de hectáreas en 2011, lo que representa un 14,8% del área global cultivada con transgénicos y un aumento de un 3,5% con respecto del año anterior.

En la campaña 2011-2012 continuó registrándose una excelente adopción de maíz GM -estimada en 86% del maíz total- y algodón GM -casi el 99% del total-, con un aumento en ambos casos de la superficie sembrada con eventos acumulados: resistencia a insectos y tolerancia a herbicida.

Por su parte, la soja tolerante a glifosato se mantuvo en casi el 100% del total, como en las campañas anteriores, según indicó un informe del Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (Isaaa).

En cuanto a las aprobaciones regulatorias, Argentina autorizó en 2011 la siembra comercial de tres maíces (MIR162, Bt11 X GA21 X MIR162, DP-098140-6) y dos sojas (A2704-12, A5547-127), completando la lista de 3 eventos de soja, 16 de maíz y 3 de algodón aprobados hasta el momento.

Durante 2011, se cultivaron con transgénicos 160 millones de hectáreas, comparados con las 148 millones de 2010, de la mano de 16,7 millones de agricultores y en 29 países, entre los que se encuentran 19 países en vías de desarrollo y 10 países industrializados. Tal adopción representa un incremento de 94 veces del área sembrada desde 1996, cuando se introdujo esta tecnología en el mercado.

En el mismo período, Estados Unidos siguió siendo el principal productor de cultivos genéticamente modificados con 69 millones de hectáreas; mientras que Brasil ocupó el segundo lugar con 30,3 millones de hectáreas. Por tercer año consecutivo, Brasil tuvo el mayor crecimiento del mundo con 4,9 millones de hectáreas más versus 2010, que representan un incremento anual de un 20%.

India sembró 10,6 millones de hectáreas de algodón GM durante 2011, al tiempo que China implantó 3,9 millones de hectáreas, un 71% del área total de algodón en esa nación.

Tres corrientes brasileñas
"Brasil cuenta con un sistema regulatorio rápido y ha creado tres corrientes de tecnología para respaldar el crecimiento. El modelo incluye cultivos transgénicos exclusivos del sector privado adoptados en más de 30 millones de hectáreas, asociaciones entre el sector público y el privado que ya han proporcionado un producto aprobado, y la capacidad para desarrollar un cultivo transgénico propio, como un poroto resistente a los virus", indicó Clive James, autor del informe anual sobre la adopción global de los cultivos GM publicado por Isaaa.

"Conjuntamente, estas tres corrientes le brindan a Brasil una serie diversificada de proyectos para el desarrollo de nuevos productos transgénicos. Este enfoque es muy eficaz para Brasil y una lección clave para otros países del mundo", añadió James.

En Europa, la situación de los cultivos transgénicos es variada. En 2011 el número de hectáreas cultivadas con maíz GM fue de 114.490 hectáreas, un 25% más que en 2010.

Pero al mismo tiempo, BASF paralizó el desarrollo y comercialización de todos sus productos transgénicos destinados al cultivo del viejo continente, aunque continuará con el proceso regulatorio en Europa para los productos ya iniciados, como "Fortuna", su última papa resistente a plagas.

En América del Norte se ha retomado la discusión sobre la comercialización de trigo transgénico.

El informe destacó que la producción en países industrializados aumentó un 5%, unas 3,8 millones de hectáreas. Además, remarcó que la producción de los países en desarrollo cubrió la mitad aproximadamente de los cultivos transgénicos mundiales.

De igual forma, muchos países y empresas de todo el mundo se encuentran ahora acelerando el desarrollo de una variedad de rasgos GM en trigo para mejorar la tolerancia a la sequía, la resistencia a enfermedades y la calidad del grano. Se espera que el trigo GM se comercialice durante los próximos ocho años.

TRANSGENICOS EN MEXICO

México, DF. La aprobación de cultivos experimentales de maíz transgénico abre para México una interrogante: ¿Cómo se hará compatible su comercialización con el cumplimiento de la responsabilidad que tiene el país de preservar la enorme biodiversidad del grano? Esta pregunta se planteó en Nature, la revista de divulgación científica más importante de Estados Unidos, en su edición de enero de 2011, en un artículo suscrito por el director de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), José Sarukhán, y su directora de análisis de riesgo y bioseguridad, Francisca Acevedo, entre otros.

El artículo sostiene que, seis años después de aprobada la ley de bioseguridad en el país, el debate público y las políticas sobre la materia no han abordado de manera suficiente aspectos claves sobre el impacto que los organismo genéticamente modificados pueden tener sobre las razas nativas. Los autores consideran que ésta no es una "cuestión zanjada" y que "hacen falta más estudios para determinar cómo se producen los flujos de genes de un cultivo a otro, cómo se deben manejar esos flujos y los impactos de éstos a largo plazo".

Si se produce el contagio de un transgén a un maíz criollo, “¿cómo se van a aplicar los derechos de propiedad intelectual en el contexto biológico, social y económico de las prácticas agrícolas de los pequeños propietarios para mantener la biodiversidad de sus maíces, preservar su viabilidad y generar nuevas variedades? ¿Cuáles serán las consecuencias concretas para un campesino que cultiva maíz criollo para autosubsistencia si se encuentran transgenes en sus cosechas? ¿Cuál es la situación legal de un agricultor –si viola el derecho de una patente privada– en caso de que intercambie con otro, a sabiendas o sin saberlo, semillas que contengan transgenes? ¿Qué posición asumirán las empresas de biotecnología en defensa de sus patentes en situaciones así?”

Un año después de publicada la opinión, las trasnacionales no han respondido.

Los biólogos cuestionan lo que desde el gobierno se da por hecho: "En México no se ha implementado aún un mecanismo eficiente para monitorear el cruce de polen y los flujos genéticos bajo las condiciones agrícolas actuales. Hay antecedentes de introducción ilegal de maíz transgénico y en algunos casos ha habido acción legal. Más aún, existe la preocupación de que se pudiera introducir grano transgénico desarrollado para la producción de fármacos y otros usos ajenos a la alimentación", algo que la ley prohíbe. lajornada.

TRANSGENICOS EN BRASIL

 

Río de Janeiro, (EFE).- Los cultivos transgénicos se expandirán un 20,9 % en la presente cosecha en Brasil (2011-2012), hasta una extensión de 31,8 millones de hectáreas de plantaciones sembradas con semillas modificadas genéticamente, según un estudio divulgado hoy.

El análisis, elaborado por la consultora Céleres, señala que el 85,3 % de las plantaciones de soja del país habrá sido cultivada este año con variedades de semillas transgénicas.

La soja, que aumentará el uso de semillas transgénicas en un 16,7 % este año, es el principal cultivo de Brasil y el producto agrícola más exportado por el país suramericano, que tiene en China a su mayor cliente.

Desde la aprobación en 2005 de una ley para regular el sector, el área plantada de soja transgénica pasó de 5 millones de hectáreas (24 % del total plantado en aquel año) a 21,4 millones de hectáreas (85,3 % del total) en la campaña actual, según los datos de Céleres.

En el caso del algodón, las semillas transgénicas llegarán al 32,3 % del área cultivada al final de esta temporada, con un aumento del 26,1 % con respecto a la cosecha pasada.

El maíz aumentará el uso de los transgénicos en un 32 % y la introducción de este tipo de semillas se expandirá al 67,3 % de los plantíos.

Según las últimas previsiones oficiales, Brasil va a recoger en la cosecha de 2012 157,5 millones de toneladas de cereales, leguminosas y oleaginosas y el área plantada ascenderá a 49,5 millones de hectáreas.

La producción calculada para 2012 es ligeramente inferior a la de este año, ya que el Gobierno espera una merma en la productividad de la soja debido a factores climáticos menos favorables en comparación a los de 2011, cuando se ha registrado una cosecha récord de 157,9 millones de toneladas.

UN ERROR HISTORICO

NOTA: NO IMPORTA NUESTRA MODESTA OPINION NI LA DE LOS INVOLUCRADOS EN ESTE LAMENTABLE ERROR. NADIE VA A PODER DETENER EL AVANCE DE LA CIENCIA.

LOS INVESTIGADORES SON POR LO GENERAL BUENAS PERSONAS Y SU TRABAJO TIENE COMO FINALIDAD ALCANZAR MEJORES CONDICIONES DE VIDA...

EN LOS PROXIMOS AÑOS NOS VAMOS A LAMENTAR DE REPETIR LA HISTORIA TANTAS VECES CONTADA... Y SIN EMBARGO SE MUEVE...  

La República - Luego de un largo debate y semanas de entrampamiento en comisiones, el pleno del Congreso aprobó por fin el esperado dictamen que establece una moratoria de 10 años para el ingreso de semillas transgénicas al país. Con prudencia, el proyecto exonera de esa moratoria a la investigación en espacios confinados, a los productos farmacéuticos y veterinarios que los contengan y que se rijan por tratados internacionales de los que el Perú es parte.

También se exonera a los productos derivados importados para fines de alimentación directa humana y animal o para su procesamiento. Finalmente, la norma aprobada establece que los transgénicos que están excluidos de la moratoria no estarán exonerados del análisis de riesgos previo a la autorización de uso. Algunos otros dispositivos, como el etiquetado previniendo que un producto contiene elementos transgénicos, han sido dejados para el reglamento.

Llega así a su fin un debate iniciado en el gobierno anterior y que enfrentó entonces a los ministros de Agricultura y de Medio Ambiente, pues el primero defendió la introducción de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) al país y el segundo se opuso con fundadas razones. Fue el ministro del Ambiente de entonces, Antonio Brack, quien propuso la moratoria de un decenio, que inicialmente fue aprobada por el anterior Congreso y luego vetada por el presidente Alan García. 

Existía la fundada sospecha de que lobbies próximos a las transnacionales que controlan las patentes de los OGM y también los plaguicidas –en especial la poderosa Monsanto– defendían billetera en mano los intereses de un mercado que mueve quince mil millones de dólares al año. Desde entonces, más de una decena de regiones se pronunciaron contra la importación de transgénicos, algo muy razonable, ya que el Perú es el octavo país del planeta con mayor biodiversidad y los OGN la amenazaban.

Pues ocurre que los OGM, a cambio de un 4% de mayor resistencia a las plagas, generan una pérdida irreparable de biodiversidad, ya que una vez que se les introduce en un medio, sus semillas se mezclan por polinización con los cultivos oriundos y crean híbridos de los que no hay modo de librarse. El Perú, país megadiverso, carece de registros de las miles de especies que integran esta diversidad. Solo en Lambayeque se han ubicado 8 tipos de maíz, los que serían sacrificados si se cumple el designio suicida de implantar maíz transgénico en el Norte.

El vertiginoso avance de la agroexportación demuestra que estamos al inicio de una revolución en el campo de los cultivos orgánicos, la única capaz de sacar de la pobreza al campesinado rural, por lo general minifundista, que se vuelca a estos cultivos, con mercado mundial asegurado. El Congreso ha aprobado una norma fundamental para nuestro futuro, ahora toca al ministerio ambiental –y no al de Agricultura– reglamentarla.

LA EMOTIVIDAD VENCE A LA RAZON... TRANSGÉNICOS

El Congreso de Perú aprobó por amplia mayoría un proyecto de ley que establece una moratoria de diez años al ingreso de semillas transgénicas con fines de cultivo o crianza al país, como una medida en resguardo de su variada biodiversidad, informó este viernes el parlamento.

El proyecto quedó listo para ser enviado al Ejecutivo, cuya promulgación se considera segura por el presidente Ollanta Humala, luego que el gobierno envió con carácter de urgencia en octubre un proyecto para prohibir el ingreso de los organismos vivos modificados genéticamente, llamados transgénicos.

El presidente de la Comisión congresal de Agricultura, José León, dijo al sustentar el proyecto que Perú podrá incrementar su exportación de alimentos en un monto de 10.000 millones de dólares anuales.

Según el documento aprobado, se exonera de la prohibición a los transgénicos destinados a la investigación en espacios confinados, así como a los productos farmacéuticos y veterinarios que los contengan y que se rigen por los tratados internacionales, de los cuales el Perú es parte.

También exonera a los productos derivados importados para fines de alimentación directa humana y animal o para su procesamiento.

Sin embargo, la norma aprobada establece que los transgénicos excluidos de la moratoria no estarán exonerados del análisis de riesgos previo a la autorización de su uso.

El presidente de la Comisión de Defensa del Consumidor, legislador Jaime Delgado, subrayó que la moratoria de diez años es suficiente para aprovechar al máximo los estudios científicos sobre los transgénicos.

Subrayó que en adelante los productos transgénicos que ya se venden en el mercado peruano, como la leche de soya y el aceite de soya, se venderán etiquetados como tales para que los consumidores tengan conocimiento de lo que están consumiendo.

La aprobación congresal fue saludada por la Convención Nacional Agraria (Conveagro), principal gremio de agricultores, que en un comunicado señaló que de esa manera el país "defiende su biodiversidad, el agro, la gastronomía y la salud".

En junio pasado el Congreso aprobó una moratoria de diez años a los transgénicos, pero el presidente Alan García, que concluyó su gobierno en julio, no la promulgó, dejando el problema para Humala, quien asumió la presidencia el 28 de julio.

LA INSULINA ES UN PRODUCTO TRANSGENICO

La insulina (del latín insula, "isla") es una hormona polipeptídica formada por 52 aminoácidos, producida y secretada por las células beta de los islotes de Langerhans del páncreas, en forma de precursor inactivo llamado proinsulina. Esta pasa al aparato de Golgi, donde se modifica, eliminando una parte y uniendo los dos fragmentos restantes mediante puentes disulfuro. La insulina interviene en el aprovechamiento metabólico de los nutrientes, sobre todo con el anabolismo de los carbohidratos. Su déficit provoca la diabetes mellitus y su exceso provoca hiperinsulinismo con hipoglucemia.

Gran número de estudios demuestran que la insulina es una alternativa segura, efectiva, bien tolerada y aceptada para el tratamiento a largo plazo de la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2, incluso desde el primer día del diagnóstico.

Frederick Grant Banting, Charles Best, James Collip, y J.J.R. Macleod de la Universidad de Toronto, Canadá, descubrieron la insulina en 1922. El Doctor Banting recibió el Premio Nobel de Fisiología o Medicina por descubrir esta hormona aunque se demuestro que el verdadero descubridor fue Nicolae Paulescu en 1921.