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INDUSTRIAS DE ALIMENTOS - NUTRICION

VUELVEN LAS DIETAS LIQUIDAS

¿Preludio de la anorexia?

Francisco Galindo, EFE

Hace unos 80 años las dietas líquidas empezaron a ser utilizadas por los dietistas para combatir los casos de obesidad más resistente. Fue un preludio del recurso al ayuno terapéutico y a los preparados farmacéuticos con proteínas para beber con agua que ahora vuelven a estar de moda para tratar de recuperar la figura.

Adiós sobrepeso - A mediados de los años 30 los dietistas comenzaron a recomendar las dietas líquidas, fuertemente hipocalóricas, en su lucha contra los casos de obesidad que presentaban mayor resistencia. Por aquellas fechas, aunque en gran parte del mundo la población pasaba hambre, en América del Norte eran muchos los ciudadanos que disponían de oferta variada en las tiendas y de dinero suficiente como para comer mucho.

El principio de esta dieta consistía eliminar totalmente, y durante períodos de tiempo determinados con un seguimiento clínico poco riguroso, la ingesta de alimentos sólidos y limitarse únicamente a líquidos: leche, zumos, infusiones, batidos de frutas y, por supuesto, agua, mucha agua.

Los profesionales de aquella época estaban firmemente convencidos de que la ausencia de alimentos sólidos en la cavidad estomacal provocaría a la fuerza un descenso de peso en el paciente que seguía esa dieta.

El ayuno terapéutico - Las dietas líquidas fueron el preludio de los ayunos terapéuticos, que no empezarían a generalizarse hasta la década de los cincuenta, un procedimiento que ha demostrado ser un recurso peligroso, descartado por la mayoría de los expertos al no contar en la mayoría de los casos con un protocolo adecuado. El ayuno terapéutico solo permite la ingesta de agua porque se supone que tiene un efecto adelgazante.

Sin embargo, la presidenta de la Sociedad Española de Nutrición Básica, Dra. Carmen Gómez Candela, recuerda que es "falsa" la creencia generalizada de que el agua tiene efectos adelgazantes, ya que "ni aporta calorías ni deja de aportarlas, únicamente hidrata". La especialista asegura que las mujeres necesitan ingerir 2,2 litros de agua al día y los hombres 3 litros, y que el 20 por ciento de esta cantidad se consigue con una alimentación rica en frutas y verduras, y el resto, a través de líquidos.

Volviendo al primer desarrollo del proceso de implantación de las dietas líquidas, los nutricionistas comprobaron con desesperación, y a lo largo de unos 20 años de experimentación, que los muy gordos tampoco perdían peso si se sometían a una rigurosa ingesta de líquidos, con unos regímenes que no superasen las 600 calorías diarias.

Ya en los años 70 fueron las grandes compañías farmacéuticas las que aportaron su granito de arena al lanzar al mercado preparados en forma de polvos para ser diluidos en agua. La bebida en cuestión se convertía en un producto agradable para el paladar, con el color y el sabor de un batido. Según los prospectos de esas bebidas, la sustancia resultante de la mezcla aportaba al organismo las proteínas, las vitaminas y los minerales necesarios para evitar riesgos para a salud.

 

Proteína insuficiente - M. Alemany, doctor en Biología, apunta que "al suponer que las dietas líquidas aportaban una cantidad suficiente de proteína para cubrir las necesidades fisiológicas diarias, el control del equilibrio nitrogenado se solía descuidar", con el resultado de muerte en algunos casos: 5/6 personas por millón, una cifra que a pesar de su bajo valor absoluto se consideró muy elevada para unas dietas que habían sido calculadas "científicamente".

La falta de potasio, el exceso de acetona y la pérdida de minerales por la orina son otras consecuencias peligrosas de las dietas líquidas, que se traducen en alteraciones cardíacas. Por otra parte, la ausencia casi total de fibra en este tipo de dietas puede derivar en modestísimas alteraciones intestinales.

A pesar de todo, el ritmo que impone la vida actual ha hecho que las personas preocupadas con el exceso de peso recurran de nuevo a las dietas líquidas ya que la industria farmacéutica ha avanzado en el contenido de los preparados para diluir en agua, que se complementan con aportes de fibra y medicamentos que corrigen el déficit metabólico y logran que el apetito disminuya.

No obstante, diversas sociedades de nutrición aseguran que "no existe ni va a existir en un futuro cercano" una píldora (que nos mantenga esbeltos el tiempo que deseemos mientras comamos "lo que nos dé la gana", y que "todo el mundo tiene que saber que los fármacos milagrosos no existen" y que el tratamiento de la obesidad debe estar prescrito por especialistas médicos.

Considerada como una enfermedad crónica por muchos gobiernos, la industria farmacéutica también ofrece constantemente nueva fórmulas par paliar el exceso de peso, aunque todas ellas tienen efectos secundarios. El Rimonobant, el último medicamento adelgazante presentado como el avance más perfeccionado, ha sido objeto de denuncia por científicos de la Universidad de Copenhague porque causa depresión a quien lo toma o la puede agravar a quien la padece de antemano.

1 comentario

ANGELICA -

haber estoy apunto de ser obesa y quiero que me ayuden por favor gracias