LA COMIDA Y LA MEDICINA
Fuente: sietedias.com - Llevar una buena dieta con los nutrientes esenciales, ayuda a mantenerse en perfectas condiciones de salud, pero hay que saber elegir y combinar los alimentos indicados para aprovecharlos mejor.
En la nutrición moderna, se enfatiza el uso de ciertos alimentos para promover la salud. Una buena dieta le brinda los nutrientes que su cuerpo necesita para mantenerse en excelentes condiciones.
Comer sano implica llevar un régimen que incluya cinco porciones de verduras y frutas por día y al menos dos litros de agua. Una buena dieta ayuda a prevenir o disminuir el riesgo de una larga lista de enfermedades del corazón, alta presión sanguínea y cáncer.
Lo mejor de emplear los alimentos como una alternativa medicinal es que resulta más barato y placentero que los métodos tradicionales que se basan en sustancias químicas.
Dada esta ventaja, ¿quién no optaría por controlar sus niveles de colesterol comiendo avena o comida picante en lugar de pastillas que puedan tener molestos efectos secundarios e incluso que puedan causar algún daño a su cuerpo?
Es por eso que algunos alimentos y dietas son muy buenos para su cuerpo y no hay duda de su habilidad para mantener una buena salud o hacerlo sentir mejor cuando usted está enfermo.
DIETAS CON EFECTOS MÉDICOS - Existen distintos regímenes alimenticios que ayudan a tratar diferentes enfermedades, ya sea desde un dolor abdominal después de una cirugía, diabetes o algún problema de colitis nerviosa.
Si quiere evitarse tratamientos médicos, a continuación se exponen algunas dietas que pueden ayudarle a prevenir y controlar sus enfermedades.
LA DIETA SUAVE - Tiene muchos cortes y diferentes tipos de comida en forma de puré. Es para aquellos que han tenido alguna cirugía o para quienes se les dificulta deglutir los alimentos sólidos.
DIETA BAJA EN SODIO - Debido a que el sodio es hidrofílico, es decir, que incrementa la cantidad de agua dentro de los tejidos, se recomienda llevar una dieta baja en sal para disminuir la retención de líquido en el cuerpo. Este régimen es ideal para quienes padecen alta presión sanguínea, problemas cardiacos como congestión en las arterias, así como enfermedades terminales.
LA DIETA BAJA EN GRASA Y COLESTEROL - La versión básica, conocida como Dieta de la Etapa 1, es usada como primer paso para bajar los niveles de colesterol en las personas. Esta dieta limita el consumo de colesterol a no más de 300 miligramos por día y no más de 30 por ciento de grasa.
LA DIETA DE BAJAS PROTEÍNAS - Es recomendada para gente con enfermedades crónicas o que no pueden metabolizar los aminoácidos en su organismo. El régimen de bajas proteínas reduce la cantidad de residuos de proteína en los tejidos del cuerpo, disminuyendo así la posibilidad de algún daño en los mismos.
LA DIETA ALTA EN FIBRA - Una dieta alta en fibra acelera en gran medida el paso de la comida a través del tracto digestivo. Es empleada para prevenir problemas de constipación o estreñimiento, así como colitis o algún otro padecimiento relacionado al estómago. Un régimen alto en fibra soluble puede también bajar los niveles de colesterol en la sangre.
LA DIETA DE ALTO POTASIO - Es usada para contrarrestar la pérdida de potasio causada por el uso de diuréticos. Existen estudios que sugieren que la dieta en alto potasio puede bajar un poco la presión sanguínea.
LA DIETA DE ALTO CALCIO - Para esta dieta se aconseja usar productos lácteos bajos en grasas, así como vegetales ricos en calcio como los del grupo de los verdes como el brócoli y la lechuga, los cuales le protegen contra padecimientos como la osteoporosis. Este régimen ayuda a bajar la alta presión sanguínea y reducir la incidencia de cáncer de colon.
La comida también es medicina - Un alimento que actúa como medicina es aquel que incrementa o reduce su riesgo de una condición médica en específico o cura por completo sus efectos, por ejemplo:
FRUTAS Y VERDURAS - Comer grandes cantidades de frutas de color verde oscuro o amarillas y vegetales pintados con el pigmento del betacaroteno, así como tomates y melón, cuyos pigmentos son rojos, pueden reducir su riesgo a contraer cáncer de pulmón, seno o próstata.
FIBRA INSOLUBLE - Ingerir alimentos como el salvado de trigo, que es alto en fibra insoluble, es decir, el tipo de fibra que no se disuelve en su estómago, mueve la comida de forma más rápida en su tracto intestinal y reduce el riesgo de constipación.
FIBRA SOLUBLE - Comer alimentos como los fríjoles, que son altos en fibras solubles, es decir, que se disuelve en el tracto digestivo, ayudan al cuerpo a remover el colesterol del sistema circulatorio y evita así que se tapen las arterias, lo cual reduce el riesgo de enfermedades del corazón.
COMIDA PICANTE - Ayuda a mantener sanas las fosas nasales, ya que provocan un efecto de quererse sonar, lo cual descongestiona las mucosas nasales y ayuda a evitar alguna gripe o resfriado.
Prevenga enfermedades comiendo bien - ¿Puede funcionar una dieta como una medicina preventiva?, Por supuesto que sí. El ejemplo más simple es cuando una persona padece la enfermedad de la deficiencia, una condición que ocurre cuando no obtiene las cantidades de nutrientes suficientes para su cuerpo.
Para no enfrentarse a algún tipo de deficiencia alimenticia, es importante incluir todos los alimentos ricos en vitaminas y minerales como son las frutas y las verduras, que tienen poderes curativos.
Usar la comida como un método de prevención contra cualquier padecimiento, es objeto de estudio todavía, sin embargo, la base de una buena salud depende de una excelente alimentación.
No se trata de comer lo que haya, sino de comer bien y de forma inteligente, para que el cuerpo reciba estos beneficios.
Para prevenir el cáncer consuma gran cantidad de frutas y vegetales en su dieta, ya que contienen antioxidantes, que son los químicos que previenen fragmentos moleculares que pueden formar tumores y desencadenar un cáncer incurable.
Para llevar una vida más sana le recomendamos lo que sugiere la Sociedad Americana de Cáncer en Dieta, Nutrición y Prevención de Cáncer:
1. Elija la mayoría de los alimentos que provengan de plantas. Comer cinco o seis raciones de frutas y verduras cada día, así como panes, cereales, granos, arroz, pasta y fríjoles.
2. Limite el consumo de comidas altas en grasa de origen animal. Escoja comida baja en grasa y limite la carne.
3. Sea activo. Haga ejercicio, por lo menos, 30 minutos unos tres o cuatro días a la semana para que su corazón funcione correctamente. Si no acostumbra ejercitarse, decida por algo moderado como el pilates o la caminata, lo importante es mantenerse en constante movimiento para tener una buena condición física.
4. Limite el consumo de alcohol. Evite tomar bebidas embriagantes que sólo le afectarán a su hígado o le provocarán otras enfermedades.
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