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INDUSTRIAS DE ALIMENTOS - NUTRICION

22 COCINA PERÚ

SECO DE CHAVELO

Por: Cecilia Portella Morote

Quisiera poder despojarme de apasionamientos y escribir esta nota como periodista formada en la objetividad, ilustrando, aclarando dudas y nutriendo de información. Pero el sentimiento aflora y los recuerdos se agolpan, aunque estén estos muy lejos de mi adulta conciencia, pues fue mi niñez lejana, el escenario de tierras soleadas, de chifles salados y playas eternas. 

Poco importa como transcurrió esta, en todo caso diré que fue feliz, entrañablemente intensa y nostálgicamente cándida, -si se me permite superlativizar los adjetivos- No había domingo que no saliéramos de la ciudad para darle el debido descanso al cuerpo y el oportuno placer al paladar; Catacaos era el destino obligado, las familias citadinas acostumbraban hacerlo y entonces, chichas de jora, tamalitos verdes, sudados de mero, majados de yuca y secos de chavelo salían al encuentro.   No sin antes disfrutar de los infaltables chifles piuranos, inigualables y salados. 

Una puerta al placer de los sentidos, se abría poco antes del mediodía y no se cerraba hasta bien entrada la tarde, entonces el sol arreciaba y quemaba los pisos de tierra, mientras nos hacía aligerar el paso en busca de un algarrobo que bajo su sombra brinde el necesario respiro, para continuar la marcha. 

Prometo no apasionarme más y continuar con el relato, simplemente quise tomarme la licencia de cantarle a mi entrañable Piura, en estas cortas líneas y presentarles algo más que una ciudad calurosa, con personajes pintorescos, con hamacas en las puertas de las casas y con carretillas jaladas por burros en Chulucanas y Castilla.

Es la Piura que recuerdo, cuna de Grau, de gente amigable, de tonderos y enamoramientos galanos, de rosales vivientes, de oro negro y playas bellas.  Piura, la perla del Chira, merece ser reconocida como una de las ciudades con la gastronomía más variada y deliciosa de nuestro país.  No hace falta haber jugado en sus calles, o haber estudiado en uno de sus más tradicionales colegios; ni siquiera haber aprendido a leer en tono cantadito, como la mayoría de los “churres” de la ciudad; se requiere simplemente haberse nutrido de un poco de “historia turística” y “geografía local” para llegar a esta elemental conclusión.

La transformación del bellaco

Como en un inicio intentamos darle la explicación al nombre de este plato, algunos sostienen que nació gracias a que un tal Chavelo, como bien pudo ser Porfirio o Felipe, creo este potaje, que por falta de humedad fue catalogado como “guiso seco” por quienes sirvieron de conejillos de indias.  Y aunque esta es la versión primaria; existe otra que afirma que la palabra “chavelo” simboliza una de las formas de majar el plátano de tipo bellaco.

En cualquier caso, la forma de nominarlo es lo de menos, y de eso nos convence Daniel Kianman, propietario del restaurant “Los Piuranos”, en el corazón de Lince, quien casi estrena local, ya que con sus solos seis meses ha logrado conquistar a un público fiel y ávido de nuevas y tradicionales preparaciones de la tierra del algarrobo.  Y su destreza no nos sorprende, “Los Piuranos” ya tiene siete años de vida, primero en Miraflores y hasta ahora en San Isidro y Lince.

Su cocina es un verdadero templo, todo tiene el aroma de lo que necesita cualquier restaurant que se precie de exponer potajes piuranos: Un mero de portentoso volumen aguardaba ser convertido en ceviche, en sudado, o en un ligero pescado a la plancha.  Daniel nos recibe y nosotros nos transportamos inmediatamente a la niñez de Catacaos.  Me enseña un trozo de carne de res, previamente aliñada y secada al calor de su cocina, la misma que corta en pequeños retazos, cual lomo saltado…

Una sartén caliente espera su porción de carne, que mezclada luego con el rehogo de turno, convierten el espacio, en un santuario de aromas, el sonido de la carne flambeada y luego el aporte vital de una chicha de jora macerada calman los calores, pero exacerban los efluvios.  

Mezcla inigualable que aguardaba la base del plato: Un plátano bellaco, trozado y ligeramente frito era machacado, majado, deshecho con un mortero, recibiendo la energía del chef, hijo de piurano, criado en tierras cálidas y haciendo alarde del buen gusto que los caracteriza.  Mixtura final, con algún chorrito adicional de chicha y finalmente culantro bien piurano para conjugar sabores y el plato listo está.

Majado de Yuca, con un parentesco selvático

La generosidad del anfitrión no se hace esperar, decide continuar con la técnica del machacado y se dispone a empezar la misma faena pero esta vez con yuca cocida, enseguida trocitos de chancho se fríen en su propia grasa y permiten que sus sabores tomen cuerpo y consistencia.  Un aderezo de cebolla y ají mirasol entra a la acción de ser combinado con la yuca y los trocitos de chicharrón y en menos de 10 minutos ya casi está todo listo.

En la sartén, la yuca sigue recibiendo la destreza de Daniel, que mortero en mano deshace en sabores los insumos ya convertidos en manjar.  Finalmente, en el fuego decreciente, cebolla china picada viste de pizcas verdes y de sabor inconfundible nuestro segundo plato.

Ambos acompañados de una salsa criolla, aderezada con limón piurano, deshacen la integridad de los presentes y nos disponen a un encuentro con el buen sabor, con la historia no contada de personajes anónimos que crearon tales delicias. 

Seco de Chavelo y Majado de Yuca, técnicas parecidas, preparaciones paralelas, sabores distintos, ambos muy piuranos, con ajíes integrados en mezclas y aderezos, con chicha de jora, licor bendito de los Incas y con la característica sazón piurana; con un chef que sabe lo que hace, porque se ha nutrido de la experiencia de los viejos cocineros de Catacaos, porque ha visto destilar la chicha y ha separado el clarito, porque ha visto secar la cecina que con sus manos antes aliñó y porque ha cocido a fuego lento los secretos de la cocina norteña.

Como no cantarle a Piura, con sus verdes algarrobos, con su artesanía de Chulucanas y con su sol ardiente.  Como no dedicarle una distinción al seco de chavelo, mencionado y festejado en dos de los más representativos tonderos piuranos, danza que con pie al suelo simboliza enamoramiento y galanteo.  Así como Piura brinda su sazón al Perú entero, un humilde homenaje, con mis letras y mi nostalgia… “Adentro cholita linda, que venga esa chicha pura, seco ’e chavelo también y si alguien habla de Piura, le rompería hasta la cien”

EL ASADO

"A la Inglesa": ¿Inglés o Sudamericano?

 "El Asado, es uno de los raros testimonios vivos de la cocina pre-colombina, se consume como un plato nacional en el país que se precia de ser el más europeo de America Latina: La Republica Argentina".

Xavier Domingo

Los Chefs, cuántas veces hemos escuchados el siguiente pedido: "Por favor, la carne al estilo Inglés", "el huevo a la Inglesa". Cuando esto sucede creemos que esta técnica de cocina es patrimonio indudable de los ingleses. Pero esto no necesariamente es verdad. La América pre-colombina y en especial la zona del sur de Argentina tuvo mucho que ver con esta técnica; es más, hay algunos especialistas que creen que esta forma de cocinar la carne nace en Sudamérica y es llevado al Viejo Mundo por los primeros europeos que llegaron por nuestras tierras. Citar a los ya conocidos cronistas que escribieron sobre los primeros años de los españoles en Sudamérica sería reiterativo. Por ello, recordaremos algunos hechos transcritos por los actores de esta aventura gastronómica.  Cuando Fernando de Magallanes, famoso navegante portugués al servicio de la Corona Española zarpa en 1519 de Sanlúcar de Barrameda lleva en su tripulación a Maximiliano Transilvano, quien en su obra RELACION DE COMO, EN QUE TIEMPO Y POR QUIEN FUERON DESCUBIERTAS LAS ISLAS MOLUCAS”, habla de los indios que encontró en la Patagonia: "...fuimos recibidos por esta gente bárbara con alguna ceremonia y a su manera mataron a un pequeño asnillo (guanaco) y lo pusieron al fuego y estando medio crudo lo retiran de las brazas y nos dieron de comer..." .

 

Esta forma de cocinar y comer "medio crudo" es aseverada por el viajero Aguste Guinnard quien estuvo preso por los patagones en 1850. El decía en sus MEMORIAS DE VIAJE: "...con alegría (los patagones) cocinaban y comían los animales de su región, siempre quedaban crudos y con sangre, no había diferencia, podría ser mamifero, ave o pez, siempre crudo..." .

 

En 1851, Manuelita Rosas, hija del Presidente Argentino Juan Manuel Rosas, decide colonizar la Patagonia Argentina con  ingleses y escoceses, y para ello contrata a William McCann para que organizara una empresa de colonización. Entre los requisitos que se pedía estaba: "tener buena dentadura porque los naturales de la Patagonia comen carne cruda".

 

En el caso del Perú, existe una información de Alonso de Santa Cruz, quien era cosmógrafo de Carlos V. En su obra ISLARIO GENERAL nos habla de que "los indios del Perú comen un tipo de asado de oveja (llama) cuando van a  atrapar a sus a sus animales y trasquilar la lana...". De esta nota se puede desprender que en la fiesta del CHACCU, se comía este tipo de asado. Esta actividad que realizaban los habitantes del Tahuantinsuyo, era considerada de real importancia; ésta congregaba lo religioso, lo mágico, lo quimérico, lo sustancial (alimento) y lo práctico (vestido). En ello participaban todos los habitantes de una comunidad o comarca, sin distinción de clase social, edad, sexo, etc. Esta actividad tenía el nombre de CHACCU o CHACO, en algunos pueblos se realizaba en el mes de mayo (término de las lluvias), en otros, en junio y se podía prolongar hasta el mes de septiembre. Consistía en el arreo de LLAMAS, VICUÑAS y ALPACAS por toda la comunidad hacia un lugar apropiado, donde en forma natural, estos animales se encontraban literalmente apresados. Se daba inicio con la caza de uno de los animales más bellos y fuertes, y éste era sacrificado en honor a los Apus sagrados. Su sangre debía teñir la Tierra, y el corazón palpitando se extraía para ofrecerlo al Sol. Esta actividad tenía los siguientes fines:

1. Buscar al mítico URCUCHILLAY, que era una alpaca de colores, generalmente morado, rojo u otro color parecido, ya que el color morado es el color de los Dioses en el mundo andino.

2. Trasquilar a todos los animales para aprovechar su lana.

3. Se sacrificaban los animales para el consumo de su carne, estos animales solo deberían ser machos, ya que “todo lo que conserva vida, genera vida se respeta y no se mata” por ello no se mataba nada hembra

4. Sacrificar a todos aquellos auquénidos (llamas, vicuñas, etc.) que se encontraban enfermos y entregar la carne a los zorros y cóndores.

4. Entre los animales sacrificados se buscaba (en las vísceras) el apreciado ILLA, que eran unas piedras que los españoles llamaban BENZOAR (del persa bad-sah), que decían era un efectivo contraveneno.

Pero, ¿qué consumían en esos días de CHACCU los Incas? ellos preparaban la deliciosa CARNE (de llama) AL PALO. En esta ocasión recordaremos este milenario plato; en su variante de carnero:

CARNERO AL PALO

El carnero despellejado, eviscerado y limpio es tasajeado (cortes en todo el cuerpo del animal), se unta profusamente con una mezcla de aceite, sal, ajos, pimienta, cominos y ají. Luego se pone a macerar toda la noche.

Al día siguiente se prepara el fogón con leños, carbones y piedra. Al carnero se le rectifica la sazón y se le da un pequeño baño de aceite vegetal. Se le somete al fuego, debiendo tener una distancia aproximada de 50 cm. entre el fuego y la carne; el carnero deberá sujetarse con un palo en sus respectivos puntos de apoyo y girar constantemente. Cuando la carne se encuentre cocinada se sirve en trozos, acompañada de papas, yucas y camotes sancochados y una salsa de ají y cebolla.

KUTA: Salsa de Acompañamiento

Ingredientes: 04 ajíes mirasol despepitados y desvenados / 03 cucharadas de hojas de chincho / Sal al gusto / Chicha de jora fermentada

Preparación: En una MUTKA (mortero), moler finamente los ingredientes y se agrega la chicha a proporcion, se deja macerar por espacio de una hora y se pone en un PUKU (plato hondo) colocándose en el centro de la mesa, se remojan las carnes y se sirven. Esta salsa prehispánica se puede mejorar agregándose ajos y pimienta. En algunos pueblos del centro del Perú, en la actualidad le adicionan tiras de pescado seco salado y lo dejan macerar por espacio de 2 horas.

¡Buen provecho!

Rodolfo Tafur Zevallos

rodotafur@yahoo.com.mx

LAS SIETE MARAVILLAS DE LA COCINA PERUANA

El primer lugar, el favorito: Un Seviche de Pescado, fruto de nuestros generosos mares, cebolla criolla, nacida en España, pero enamorada de Lima; limón piurano y punto.

 

En segundo lugar, un jugoso Lomo Saltado, oriental por la técnica de su cocción, pero criollo y muy limeño, con papas fritas amarillas, serranas.  Toda una expresión de la riqueza del Perú.

 

Tercer Lugar, un sabroso Ají de Gallina, sin una definición exacta para su textura y su tonalidad, pues todos los adjetivos se concentran en su particular sabor.

 

Cuarto puesto: Los Anticuchos, de manos morenas, pasaron a través de los años, para quedarse en las esquinas, pintando de Octubre la Lima de siempre.

 

Quinto puesto: De Arequipa para el mundo, el chupe de chupes, energético, cálido, vigorizante y sobretodo único: Nuestro Chupe de Camarones.

 

El sexto lugar, también de la sierra, digna representante de una historia que nos enaltece.  Para satisfacernos entre el sabor de su crema y la variedad inmensa de su especie: la Papa a la Huancaína.

 

Un sétimo lugar, para un plato de entrada, totalmente sometido a la imaginación de sus creadores de turno: Una contundente, colorida y bien reconocida Causa Limeña.

SOLTERITO DE QUESO Y LOCRO DE GALLINA

por Cecilia Portella Morote | portellace@hotmail.com

De un año a otro, los conquistadores españoles, fundaron a nombre del Rey de España, coincidentemente en la misma fecha, las ciudades de León de Huánuco de los Caballeros y la Villa Hermosa de Nuestra Señora de la Asunción, Arequipa.  La primera, situada entre la sierra y la selva central del Perú, y la segunda entre el Cusco y el litoral, lugar estratégico para las prácticas militares y para las actividades comerciales.  Huánuco, que tomó su nombre, probablemente, tal como afirma el cronista Huamán Poma de Ayala, de "Guanaco Pampa", voces quechuas que significan "pampa de guanacos", tiene de sierra y tiene de selva, contrastes que la hacen particularmente atractiva para el turismo nacional y extranjero.

 

Su gente, su variado clima, sus paisajes, sus atractivos turísticos y su gastronomía, tienen la mixtura de lo que está, definitivamente, bien hecho.  Siempre equilibrando los gustos y preferencias.  Un poco de lo uno y mucho de lo otro, para todas las exigencias.  Esa es la peculiaridad de Huánuco, ciudad madre de hombres y mujeres que nacieron para legar al país, arte, cultura, música, valentía y ciencia, entre ellos: Leoncio Prado, Daniel Alomía Robles, Amarilis, Mariano Ignacio Prado,  Hermilio Valdizán y Javier Pulgar Vidal, entre otros.  Hombres y mujeres de todos los tiempos, que probablemente se criaron entre el atardecer cálido y las noches frías, que probaron de las manos de sus madres y abuelas, picantes de cuyes, pachamancas y disfrutaron bañándose cuando niños, en los ríos aledaños.

gastronomia generaccion

 

Podríamos divagar e imaginar situaciones y festejar de esta manera de lo que Huánuco nos ofrece.  Sin embargo, no apelaremos a la historia, por que esa, la escribe quien la conoce, quien la investiga y la estudia, tampoco optaremos por la simpleza de la imaginación, pero si nos aferraremos a la poesía de lo bueno que se nos ofrece, y podríamos celebrar con alfeñiques o pan de maíz, con chicha de jora, aguardiente y el mejor café que convida sus tierras.  Pero esta vez y nuevamente aprovechando el amor que le prodiga a la gastronomía, y también a su tierra, este huanuqueño de nacimiento, Rodolfo Tafur, nos regalará un Locro de Gallina y nos contará del porqué de su apelativo.  Nuestro amigo "locrito" en las próximas líneas.

 

Huánuco de mis amores:

 

"De Quicacán, su aguardiente, y el Locro de Calicanto, mas que comida, es un encanto, aunque mi panza reviente.  Si veneno me has de dar, que sea con Locro colorado, pues toda mi vida he esperado, los mil besos que me has de dar."

 

Un poco de historia para empezar... ya asentadas las huestes de Francisco Pizarro en el Perú, éste, mandó una nota de recomendación para que los nobles de España que quisieran viajar al Perú lo hicieran, puesto que el invasor había encontrado un lugar que tenía un hermoso clima, esta posición geográfica correspondía a la tierra del gran Yarowilca -descendiente del fuego- lo que hoy es el departamento de Huánuco.  Y es así (tal como lo comenta en su obra "Cuentos Huanuqueños" José Varallanos) que llegaron muchos nobles empobrecidos a poblar las tierras de Huánuco.

 

Dicen que no hay mejor clima en el mundo que el de Huánuco, su temperatura varía desde los 14°C cuando comienza el día y va ascendiendo hasta los 26°C en el medio día y luego desciende a las seis de la tarde a los 18°C y así sucesivamente. Llueve cuando la tierra lo necesita y lo hace por breves momentos saliendo el sol casi al instante. Este clima es tan benigno que no existe estrés, ni mal humor en sus habitantes.

 

Su producción agrícola es limitada, pero, la suficiente para que todos afirmen que no hay mejor café, mejor té, mejores frutos, mejores quesos y coca como las de Huánuco.  En sus tierras se produce la única e inigualable papa amarilla, de quien Adán Felipe Mejía, "El corregidor" escribió: "...y la papa amarilla, delicada, finita, con pequeños hoyuelos al costado como rostro de niña encantadora como cutis capulí, esa papa amarilla como yema de huevo...".

 

Chola huanuqueña  con su locro al costado, matrimonio asegurado...

 

Permítame ahora, describir un plato que solo se prepara en Huánuco, y debo por ello resaltar, que ninguna otra ciudad del Perú lo hace, por simple respeto; este manjar es el resultante del encuentro de dos culturas, la europea que aporta la gallina y la Inca que entrega a la mejor de sus hijas, la papa amarilla.  La fusión también se da en el nombre, ya que "locro" proviene del quechua "rocro" que significa "guiso".

 

Para preparar este plato emblemático de Huánuco, hay que buscar  una gallina de chacra, esa colorida, caderona y de andar inquietante, además en la olla deben haber dos tipos de papas, la amarilla y la perricholi, la primera se debe deshacer para que la huanuqueña sopa tenga una textura adecuada, y la segunda será la que proporcione volumen y altura.  Se hará un aderezo con cebolla y ají, ya sea amarillo o colorado, este aderezo es tan especial que tiene su propio nombre: Ñahuin, que significa miradita, esto es infaltable en todo Locro de Gallina.

 

En toda fiesta está presente, en la ciudad o en el campo; nacimientos, locro de gallina; bautizos, locro de gallina.  Hasta el matrimonio se sella, con este plato.  Aunque sea también muchas veces, culpable de discusiones.  O es colorado, o es amarillo, cada opción tiene sus adeptos. Los viejos huanuqueños tenían un  dicho, "Chola huanuqueña con su locro al costado, matrimonio asegurado".  Quiero recordar, si me lo permiten, a mi tío Federico Tafur, a quien pusieron el apelativo de Locro, porque a manera de estipendio por sus serenatas decía: "Si hay Locro,  voy".  A su muerte, lo heredó mi padre, hoy mis amigos cariñosamente me dicen "locrito", y de ello estoy orgulloso.

 

A la caza de un soltero:

 

Hace algunos años, buscando por Lince, a la hora de almuerzo, un lugar donde comer como en el campo, una picantería, como las que solemos encontrar si salimos de la gran Lima, llegué por casualidad a un local grande, en plena esquina, un solo piso y llamativo celeste intenso en la fachada.  La informalidad del lugar llamó mi atención y me invitó a pasar, aserrín en el piso, largas bancas de madera escoltando las mesas, gente bien dispuesta y música peruana.  Importantes razones, que en esta primera instancia cubrían el cincuenta por ciento de mis expectativas...

 

Luego de varios minutos, mi otro cincuenta por ciento de exigencia estaba por demás, saciado.  En esa oportunidad, un rocoto relleno, costillar y otras delicias mas, engalanaron la mesa, compartida entre amigos y colmaron mis expectativas antojadizas.  Ese mismo mes volví en dos ocasiones más.  Pronto dejaría de frecuentar el distrito y quise regresar al sitio mencionado, pero los vaivenes de la vida me llevaron a otros rumbos.  ¿Quién diría? que años mas tarde, también por esas casualidades que reserva la vida, esa sazón, ya familiar, saldría a mi  encuentro.  La Estrellita del Sur, es su nombre, en la esquina de Ignacio Merino y Pedro Conde, acogen a sus innumerables clientes, que ya conquistados por su carta variada, propia de la maravillosa cocina arequipeña, llegan desde el desayuno, por el tradicional adobo y se quedan hasta la cena con un suculento y cálido chairo.

 

Lo primero que viene a mi mente al encontrarme con los hermanos Villegas Valdivia, propietarios del restaurant, es preguntarles ¿qué fue del lugar que hace aproximadamente 8 años visité?, "definitivamente hemos crecido y gracias al legado que nos dejó nuestra madre, con sus recetas y secretos culinarios, nuestra clientela también aumentó", me dice Víctor, explicando los cambios.  Por ello es que ahora salta a la vista un local de tres pisos con salones para atender alrededor  de 300 personas, comento sorprendida. "La historia de este negocio es larga y está cargada de esa dosis emotiva, solo originada por el amor familiar", afirma inmediatamente Betty, quien además es la ama y señora de la cocina.  Para contar al respecto, hay mucho, pero vayamos a lo nuestro, les pido...

 

"Deseo un plato, contundente, pero al mismo tiempo ligero, con productos frescos, de sabor arequipeño. Quiero celebrar el día, la semana de Arequipa". No lo piensan dos veces y llaman a Herlinda Prado, chef de la Estrellita del Sur, formada también en el seno del hogar de los Villegas Valdivia.  Habas sancochadas, choclos desgranados y tiernamente cocidos, trozos de queso de una textura y un sabor inconfundibles, tomates y rocotos cortados en cuadritos, cebollas finamente picadas a la pluma y aceitunas moradas, jugosas, sabrosas... Todo ello en una mezcla casi festiva, sazonada con vinagre, sal, pimienta y un chorrito de aceite, es una forma de celebrar a Arequipa, entre aplausos y vítores, la mejor forma de acallar el fuego volcánico del que en ediciones pasadas hablábamos.

 

Solterito de queso, absolutamente fresco. Soltero, porque no lleva carnes, porque por si solo es más que suficiente. Soltero, porque en las campiñas y en las posadas familiares, era el plato predilecto de solteras y solteros, que querían guardar las formas y también las figuras, en pos de convertirse en casamenteros. Solterito de Queso, Locro de Gallina, platos sencillos, deliciosos, sin mayores complicaciones, solo dispuestos a ser probados, platos que cantan la peruanidad de mártires y heroínas, de dos rincones representativos de nuestro país.  Ríos y volcanes forman sus historias, campiñas y valles, cataratas y nevados.  Arequipa y Huánuco, hijos predilectos de un país como el nuestro, en el que la Madre tierra es la agasajada, por sus frutos, por sus sabores, por su historia...

LOCRO DE GALLINA - HUANUCO

UNA FUSION SIN DISCUSIÓN

EL LOCRO DE GALLINA

FELIZ DIA HUANUCO

 

De Quicacan, su aguardiente

y el Locro de Calicanto,

mas que comida

es un encanto

aunque mi panza reviente.

Si veneno me has de dar

que sea con Locro Colorado

pues toda mi vida he esperado

los mil besos que me has de dar.”

No se, si el articulo o el “locro de gallina” o ambos quiero dedicarlo a Juan Manuel “Socso” Robles , José Alberto “Ñampisito” Piñan, Humberto “Mono” Carranza, Jaimen “Chino” Chiang Wong, compañeros de colegio, desde  transición hasta hoy dia, amigos por siempre y huanuqueños desde antes de nacer.

Rodolfo “Locrito” Tafur

Ya asentadas las huestes de Francisco Pizarro en el Perú, éste, mando una nota de recomendación para que los nobles de España que quisieran viajar al Perú lo hicieran, puesto que el invasor había encontrado un lugar que tenia un hermoso clima, esta posición geográfica correspondía a la tierra del gran YAROWILCA (descendiente del fuego) , lo que hoy es el departamento de Huánuco. Y es así (tal como lo comenta en su obra “cuentos huanuqueños” José Varallanos) que llegaron muchos nobles empobrecidos a poblar las tierras de Huánuco.

Dicen que no hay mejor clima en el mundo como el de Huánuco, su temperatura varia desde los 14°C cuando comienza el día y va ascendiendo hasta los 26°C en el medio día y luego desciende a las 6 de la tarde a los 18°C y así sucesivamente. Llueve cuando la tierra lo necesita y lo hace por breves momentos saliendo el Sol casi al instante. Este clima es tan benigno que no existe estrés en sus habitantes.

La producción agrícola es limitada, pero todos dicen: no hay mejor café, mejor té, mejores frutos, mejores quesos y coca como el de Huánuco. En sus tierras se produce la única e inigualable PAPA AMARILLA, de quien Adán Felipe Mejía, “El corregidor” escribió: "....y la papa amarilla- ese poema - delicada, finita con pequeños hoyuelos al costado como rostro de niña encantadora como cutis capulís, esa papa amarilla como yema de huevo..."

La fundación española de esta ciudad fue un 15 de agostote 1539. Como huanuqueño y cocinero permítame describir un plato que solo se prepara en Huánuco (en ninguna ciudad del Perú lo hacen por respeto): El “Locro de Gallina”; es un manjar resultante del encuentro de dos culturas, la europea que aporta la gallina y la Inca que entrega a la mejor de sus hijas, “papa amarilla”. La fusión también se da en el nombre, ya que “Locro” proviene del quechua “Rockro” que significa “Guiso” y la gallina la aportaron los españoles.

Para preparar este plato emblemático de Huanuco, hay que buscar  una gallina de chacra, esa colorida, caderona y de andar inquietante, además en la olla debe estar dos tipos de papas, la amarilla y la Perricholi, la primera se debe deshacer para que la huanuqueña sopa tenga una textura adecuada, y la segunda será la que de volumen  y altura. Se hará un aderezo con cebolla y aji, ya sea amarillo o colorado, su nombre de este aderezo, “Ñahuin”, que significa miradita, esto es infaltable en todo Locro de gallina.

En toda fiesta esta presente ya sea en la ciudad como en el campo: nacimiento, locro de gallina. Bautizo, locro de gallina. Hasta el matrimonio sella. Muchas veces es el culpable de discusiones: o es colorado, o es amarillo, cada uno tiene sus adeptos. Los viejos huanuqueños tenían un dicho: ”Chola huanuqueña con su locro al costado, matrimonio asegurado”

Rodolfo TAFUR Zevallos

Otro si digo: A mi tio Federico Tafur, le pusieron el apelativo de Locro, porque a manera de estipendio por sus serenatas decía: “Si hay Locro voy”. A su muerte, lo heredo mi padre, hoy mis amigos cariñosamente me dicen “locrito”·  , de ello estoy orgulloso.

SIETE MARAVILLAS DE LA COCINA PERUANA

por Cecilia Portella Morote | portellace@hotmail.com
Los peruanos somos sibaritas por naturaleza. Los placeres del paladar son tan comunes a nuestros días que, desde tiempos inmemoriales, ni cuenta nos dimos de lo que teníamos entre vasijas y hornos de piedras. Hoy, la gastronomía peruana, es una de las más importantes del orbe, por ello un grupo de inquietos profesionales ideó la forma de agasajarla a través de la elección de las Siete Maravillas Gastronómicas del Perú, que, sin duda, podrían ser muchas más...

Año a año nuestras celebraciones por las Fiestas Patrias, adoptan expresiones de color, cultura, matices diversos y mixtura propias de un país que se hace grande, gracias al esfuerzo de sus hijos, a la riqueza de sus tierras y mares, a la variedad de sus manifestaciones artísticas y al deseo innato de reivindicar una identidad que nace desde las entrañas mismas de nuestro ser.  El último quinquenio, el Perú y sus vecinos han sido testigos de que esa grandeza va tomando forma, y no son los gobiernos de turno, ni las autoridades, ni muchos menos los nombres, los que definen tal situación...

 

Los peruanos queremos surgir en cada actividad que realicemos, ser mejores profesionales, técnicos, obreros, estudiantes, hijos, amas de casa, deportistas.  Que los logros nos cuesten, que haya sacrificio en cada pan que ganemos, que haya firmeza cuando de denunciar la corrupción se trate, que miremos hacia la cima aunque parezca inalcanzable, que optemos por el Perú, expresado en su gente, en sus productos, en sus bailes, en su arte, en su ciencia, en sus paisajes y en su, cada vez, mejor posicionada gastronomía.

 

Somos peruanos y en estos días en que nos vestimos de patriotismo, no podemos dejar de manifestarnos como tales.  Quizás como muchos piensen, lo nuestro sea la gastronomía, sin dejar de darles la razón, también expongo, que lo mío es el Perú; por ello hablo de su cocina; del gran legado que tenemos; de las historias y los sabores; de las fusiones y los inmigrantes; de la costa, de la sierra, de la selva.

 

Y sabemos que no somos la mejor cocina del mundo, pero también somos conscientes que estamos a muy poco de lograrlo.  En el camino aun nos quedamos por detalles importantes como la salubridad, la calidad de los lugares donde se expenden nuestros platos, y probablemente, por la difusión de nuestros potajes en el mundo.  Pero de ninguna manera, por el sabor, la inmensa variedad y la gran calidad de cada uno de los bocados que saben a Perú.

 

Por ello, nuestro artículo de hoy, en estos días de fiesta, hablará de lo mejor que tenemos, por lo menos, lo que en un concurso se viene promoviendo hace ya algunos meses.  Hablaremos de los platos que vienen liderando una justa lista, que realmente hace justicia a todos los platos convocados, más allá de la posición en la que logren ubicarse.  Platos que encontramos como productos de una tierra fértil, de un mar increíblemente dador de bienes, de unas manos creativas y generosas y de la sabiduría serrana, selvática, costeña o inmigrante. Y probablemente en nuestra memoria y en la memoria de cada uno de ustedes, también haya una historia que contar cuando de comida se trate...

 

EL CONCURSO

 

Detrás de las grandes empresas siempre hay nombres, y el elegido como vocero, en todo este tiempo de creación, promoción y difusión de esta convocatoria, fue el periodista Ricardo Raez, inquieto, comprometido y conocedor del apasionante tema de la gastronomía.  Con el, también otros personajes e instituciones tomaron en sus manos este amasijo de variedades culinarias y le fueron dando forma.   Acido Un Gusto Comunicaciones, es la empresa que tomó las riendas del evento y junto a ella, la Sociedad Peruana de Gastronomía, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, Cenfotur y otros tantos representantes de la empresa privada, apoyaron la iniciativa.

 

"Se inició la competencia con platos propuestos por el público y por conocedores a través de una invitación en la red, la respuesta fue masiva y lo más importante fue que casi todas las regiones se hicieron presente a través de sus propuestas.  Llegamos a 130 platos, muchos de ellos ni siquiera eran conocidos en Lima", recuerda Ricardo, totalmente motivado por esta gran cruzada, que tiene la importante misión de hacernos conscientes del privilegio que tenemos como país cultural y gastronómicamente rico y diverso.  "Ojalá todos los platos fueran elegidos", sentencia Ricardo, y desde ya, le damos la razón en ello.

 

Lamentablemente la coyuntura, por razones de salud que atraviesa el mundo, hizo que la fecha que inicialmente se había destinado para la elección final de estas Siete Maravillas Gastronómicas, dentro de las celebraciones por las Fiestas Patrias, se postergue hasta el 23 de agosto.  El escenario, sin duda, muy bien elegido: La Fortaleza del Real Felipe en el Callao, donde, desde las 11 de la mañana en un espectacular festival gastronómico que congregará a todos los peruanos, tenemos el compromiso moral de asistir.

 

Y aunque insistamos en que todos son ganadores, son 21 los platos finalistas, entre los que destacan por Arequipa, el Adobo, el Chupe de Camarones y el Rocoto Relleno; por el norte, el Cabrito a la Norteña y el Arroz con Pato; por la selva, el Juane y el Tacacho con Cecina; por Ica, la Carapulcra.  El Cuy Chactado y la Pachamanca, también integran la lista y colocan a la Sierra en un importante y visible escenario.

 

Hay además platos sencillos como el Arroz Chaufa, el Pollo a la Brasa o la Papa Rellena; otros, algo más elaborados como el Ají de Gallina, el Lomo Saltado, el Arroz con Pollo y entradas como el Seviche, la Causa y la Papa a la Huancaína.  Finalmente delicias como el Chicharrón y los Anticuchos completan la lista de lujo de nuestra gastronomía.

 

LAS PREFERENCIAS SE IMPONEN

 

Desde diciembre pasado, en que comenzó a difundirse por todos los medios que se elegirían las Siete Maravillas Gastronómicas, Generacción se comprometió con la causa y siguió de cerca el concurso y no sé si por azar u obedeciendo las preferencias de las mayorías, los artículos que hemos ido desarrollando a lo largo de estos últimos siete meses han coincidido con los que el concurso iba destacando en sus fechas eliminatorias.

 

Así, ya casi a pocas semanas de la elección final, damos un adelanto de los siete platos que, en este ranking, llevan la delantera e inmediatamente haremos un recuento, con las frases más importantes que nos inspiraron en su momento:

 

No importa la forma como se le escriba, su importancia radica en ser el plato más popular del país, en cualquier lugar del mundo, su nombre es sinónimo de Perú, es uno de los pilares más importantes sobre los que se sostiene nuestro turismo, con ustedes,  el Seviche.  Plato cotidiano en nuestras mesas, su particular color, suave sabor y la excelencia de sus ingredientes, lo hacen uno de los potajes más reclamados en los menús del Perú; se dice que sus antecedentes se remontan a la finura de las cremas galas, nos referimos al Ají de Gallina.  Su tradición está relacionada con los negros esclavos, con el Señor de los Milagros, con las esquinas humeantes y las tardes de toros, una porción inconfundible de nuestros atesorados Anticuchos.

 

Se sabe que el Caballero de los Mares, disfrutó de sus deleites, nació con la historia del Perú de fines del siglo XIX, desde Huancayo para el mundo: la Papa a la Huancaína.  Con un delicioso color, su calidez contagia de energía e inevitable placer a quien lo invite a su mesa, añorado, exquisito y siempre deseado: El Chupe de Camarones.  Uno de los platos que nace con la técnica oriental, pero es considerado netamente criollo, carne de res cortada en trozos, cebolla y tomate salteados, ají amarillo en tiras, un poco de vinagre y papas fritas, otro de nuestros finalistas, el Lomo Saltado.

 

La papa, nuestro producto bandera se exhibe en toda su dimensión en esta entrada, que bien podría ser plato de fondo, por su contundencia y la maravillosa forma de ser presentada; la Causa, es la mejor expresión de la creatividad de nuestros cocineros,  y hasta el cierre de nuestra edición, considerada también como una de las Siete Maravillas Gastronómicas del Perú.

 

Podríamos muy bien extendernos y convertir este artículo en un listado de calificativos para definir lo que cada potaje significa para nosotros.  Podrían seguir escribiéndose historias familiares, épicas, anécdotas y otras tantas; podríamos volver a hacer otro ranking, por región, por ciudad, por pueblo y no pararíamos hasta henchir el pecho de orgullo, el alma de patriotismo y los sentidos de placer...

 

Podríamos comprometernos ahora y siempre con la difusión de la calidad y variedad de nuestra culinaria; sin embargo, nada de ello sería posible si es que no hubiera una patria como la nuestra, con hombres y mujeres que han hecho de sus tierras la mejor cuna de sus productos, si no hubieran amansado las aguas para extraer sus mejores frutos, si no hubieran creado, adaptado, fusionado, aprendido los secretos que esconden los que de comer y cocinar saben.

 

Ese es el Perú que amo, el que se presenta al mundo con su gente, su vóley, su tondero y marinera, sus campeones de matemática, su Flor de la Canela, su Macchu Pichu, su cajón y por su puesto, su maravillosa gastronomía.