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INDUSTRIAS DE ALIMENTOS - NUTRICION

LA DIETA IDEAL

Nueva York - De este fruto no probaré; de este otro comeré en abundancia... De esta verdura, fibra o cereal me serviré raciones moderadas tres veces al día, pero de esta grasa o aceite una sola vez a la semana y en ayunas... De este animal marino comeré lo más posible y lo ingeriré lo menos cocido posible, y en cambio a este animal cuadrúpedo lo evitaré en todas sus formas y acepciones, más aún en forma de chorizo, longaniza o chicharrón...

Son sólo algunos ejemplos de los mandamientos y prohibiciones que estipulan las distintas dietas alimenticias... ¡Pero es que hay tantas! Con el afán creciente de la mayoría de las personas de llegar a ser esbeltas, sanas y fuertes, en los últimos años han proliferado de tal manera las dietas, que ya se cuentan por decenas, quizás centenares, cada cual con sus exigencias y características propias, algunas incluso contradiciendo a otras, o proponiendo pautas tan estrictas que resultan casi impracticables.

Sí, todos quisiéramos llegar al paraíso de la salud y la delgadez, pero ¿cómo orientarnos entre esta selva creciente y cada vez más enmarañada de dietas, pirámides y regímenes alimenticios?

Eso fue precisamente lo que se propuso en su libro "The Diet Selector" (El seleccionador de dietas) la doctora Judith C. Rodríguez: orientarnos de manera metódica, casi que exhaustiva, pero al mismo tiempo clara y sencilla, entre toda esa multitud de dietas que se encuentran en el mercado.

"Esencialmente yo quería proporcionarle a todo consumidor una manera clara de identificar distintas características de las dietas", explicó en conversación con EL DIARIO/LA PRENSAla doctora Rodríguez, una nutricionista neoyorquina de origen puertorriqueño egresada de NYU y actualmente profesora en la Universidad de North Florida en Jacksonville.

"Es que hay tantas y tantas dietas, se han hecho tan, tan populares, que es difícil seleccionar", nos dice Rodríguez; "y con frecuencia es muy complicado elegir cuál es la mejor para cada persona. Así que me propuse clarificar el tema, y ayudar a que la persona que consulte el libro sea un consumidor sensato y bien informado, con conocimientos. Que pueda determinar cuál dieta puede ser apropiada para tal persona, y cuál no".

En el libro, publicado recientemente por la editorial Running Press se analizan 75 métodos distintos para pérdida de peso o administración de la salud, desde las más conocidas como Atkins, South Beach y la Zona, hasta otras sonoras pero no tan famosas como la dieta Cándida, la Pritkin, la Arco Iris, y una más reciente llamada "¿Qué comería Jesucristo?".

En el capítulo correspondiente a cada una de las dietas, se incluye su origen y su historia, los propósitos que dice tener, las ventajas y desventajas, el esfuerzo necesario para llevarla a cabo, qué tanto afecta el equilibrio familiar, los gastos que se incurren al seguirla, el nivel de investigación científica que acredita su eficacia y qué tan apropiada o no resulta para personas de distintas edades.

Además de estos datos tan claves para la evaluación de cada una, en cada capítulo también se ofrece al lector una muestra del menú estipulado o recomendado para distintas horas del día y día de la semana, un recuento de calorías, qué alimentos prohibe cada dieta y cuáles permite ingerir sin límites.

"Hay cuestiones que es muy importante considerar", nos explica la nutricionista; "por ejemplo si el propósito es reducir los carbohidratos, o las proteinas o las grasas. Porque se puede dar el caso que al aumentar las proteinas se reduzcan las otras dos. Algunas dietas incluso pueden ser contraproducentes para la persona, y por eso es importante estar enterado. Las hay por ejemplo que enfatizan una sola comida, y entonces atraen a la persona que le gusta esa comida en particular. Otras dietas usan grupos de alimentos intercambiables. Entonces el libro explora varias de las dietas populares e identifica a qué grupo pertenece".

La doctora Rodríguez nos recuerda que lo que funciona para uno, no necesariamente funciona para otras personas, y que precisamente por eso hay tantas dietas y hay tantas dietas populares:

"¡Las persona somos tan diferentes! Así que distintas clases de dietas van a atraer a diferentes personas. En el caso de nosotros los latinos tenemos que ver si el respectivo plan tiene la flexibilidad de incluir la comida típica que le gusta a la persona".

Justamente la nutrición y la salud de la comunidad latina ha sido uno de los grandes intereses de la nutricionista, según nos cuenta. Después de terminar sus estudios de postgrado en Nueva York, trabajó con la Universidad deCorneille en programas de nutrición de la comunidad latina y programas para niños. Su área de trabajo era de la calle 96 a la 145 de Upper Manhattan, de río a río, y el Lower East Side".

"Desde entonces, mi interés fue más el aspecto cultural y social de la dieta y de su incidencia en la comunidad, más que los aspectos bioquímicos", nos explica Rodríguez; "del 83 al 87, en los Estados Unidos se hizo una encuesta nacional de nutrición de los hispanos. Dos de los datos que me parecieron más importantes eran la variabilidad en cuanto a la dieta latina. Que se había aclimatizado mucho a la dieta americana. Y en segundo lugar el problema de la obesidad, muy prevalente en nuestra comunidad".

"Por cierto, hay muy pocos estudiantes latinos en este campo y también pocos profesionales", concluye la nutricionista, enfatizando la necesidad que tenemos de cuidar la alimentación, la salud y evitar la obesidad. "Y este campo de la nutrición es un campo muy necesario para nuestra comunidad y además con demanda. Siempre van a tener empleo".

juan.merino@eldiariony.com.

 

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